LA PRIMERA FARMACIA "MODERNA" DE HERVÁS
UN POCO DE HISTORIA FARMACÉUTICA DE HERVÁS
Copyright © 2020 Pedro Emilio López Calvelo
Había titulado inicialmente esta entrada como "La primera farmacia moderna de Hervás", pero una vez puesto a escribir el texto me ha parecido oportuno cambiarle por el que aparece ahora arriba.
La existencia de boticario (el nombre de farmacéutico es moderno) en nuestro pueblo está acreditada desde antiguo...y seguro que desde los mismos orígenes del pueblo hubo algún "especialista" en el tratado de hierbas y pócimas curativas que ayudara, en la medida de sus conocimientos, a sus conciudadanos hervasenses. No podemos remontarnos tanto en nuestra crónica... no poseemos datos. Como siempre, contaremos aquello que podamos acreditar con datos obtenidos en nuestras investigaciones.
Los datos encontrados en el Archivo Municipal de Hervás sobre la
existencia de boticarios antes de la instalación de la primera farmacia “moderna”,
que luego narraremos, son pocos y aparecen de forma muy dispersa entre documentación
de archivo. A modo de ejemplo, comentaremos ahora algunos de estos datos.
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En 1671, en la relación de cuentas de propios y rentas del
Concejo (hechas por el mayordomo de propios Lucas Martín Asensio) se está
hablando del pago del alquiler de la casa del boticario Juan Blázquez de
Molinar “porque al tiempo que el
susodicho bino a este lugar se obligó el Concejo a darle casa por tres años”
(dicho pago ascendió a 150 reales de vellón).
·
En 1697 el Concejo Público acuerda hacer un pago único de 200
reales, de los bienes del Concejo, a Francisco González de Anaya como ayuda por
los gastos que le ocasione el traslado de su botica de Cabezuela a Hervás (“para ayudar a que traiga su botica”).
También se acuerda hacer un pago de “350
reales de salario de un año para ejercer el oficio de boticario en este dicho Lugar
y dicho salario no a de correr hasta que la botica la tenga puesta en forma en
este dicho Lugar”.
En las cuentas de presupuestos a lo
largo del siglo XIX, siglo en el que producirá un importante cambio en todo el
sistema sanitario y farmacéutico tanto a nivel el nacional como a nivel local,
no encontramos pagos desde el Concejo a farmacéutico hasta 1859. Antes de ese
1859 los profesores facultativos que están a sueldo del Ayuntamiento son el médico
titular, el cirujano, el fontanero y el encargado del reloj.
Fuente: Archivo Municipal de Hervás
A partir de 1859 ya encontramos al farmacéutico entre los profesores
facultativos que reciben pagos del Ayuntamiento, pero no como sueldo (como sí
ocurre con el médico y el cirujano) sino como pago de los medicamentos
proporcionados a los pobres por el servicio de beneficencia que contemplaba la
legislación.
Fuente: Archivo Municipal de Hervás
La farmacia en Hervás el siglo XIX
En la primera mitad del siglo XIX el modelo administrativo absolutista
del Antiguo Régimen se convertirá, tras la desaparición de Fernando VII, en un
modelo liberal. En lo que nos interesa ahora, la farmacia pasará a formar parte
del sistema sanitario nacional, especialmente a partir de la creación en 1840
de la Junta Superior de Sanidad. Los estudios farmacéuticos se convertirán en
estudios universitarios a partir de 1845, consolidando el prestigio profesional
de los farmacéuticos. La Ley General de Beneficencia de 1849, la Ley General de
Sanidad de 1855 y la Ordenanza de Farmacia de 1860, completarán el panorama legislativo
de referencia para los farmacéuticos de la época, bajo la idea de la asunción por el Estado
de la necesidad de tutelar sanitariamente a la población: el diagnóstico y
pronóstico de enfermedades a través de los profesionales de medicina y la
elaboración y dispensación de fármacos a través de los profesionales
farmacéuticos. La Ley General de Sanidad, inspirada en principios higienistas, plantea
la obligación de que los ayuntamientos contraten sanitarios titulares (médicos
y farmacéuticos), lo que hemos visto que ocurre a partir de 1859 en Hervás: la dispensación de medicamentos con cargo a la beneficencia municipal afianzó el valor de los farmacéuticos, cuya consideración social tendió a equipararse a la de los médicos. Este sistema de beneficencia municipal, del que médicos y farmacéuticos formaban parte con las autoridades municipales a través de las Juntas Municipales de Sanidad, viene a ser algo parecido al embrión de la sanidad pública universal y gratuita.
El ejercicio profesional del farmacéutico era libre: un farmacéutico podía trabajar montando una nueva farmacia, alquilando la propiedad de una que estuviera ya establecida o tomando a su cargo, en calidad de regente, la de alguna persona que estuviera autorizada para tenerla pero no pudiera regentarla por falta de título (herederos, viudas,...).
Para que un farmacéutico pudiera establecer una nueva farmacia pública debía solicitar la autorización al Ayuntamiento correspondiente, adjuntando a la instancia de solicitud la siguiente documentación:
- título de farmacéutico (o copia literal autorizada)
- croquis o plano del local o locales destinados al negocio (que debe incluir: expender, conservar y elaborar medicamentos)
- catálogo de medicamentos simples y compuestos de que está surtida la farmacia y los aparatos, instrumentos y enseres de que dispone (con arreglo al reglamento que estaba vigente)
El alcalde debía pasar la instancia y todo el expediente de solicitud al Subdelegado de farmacia del Partido judicial (el control farmacéutico era de ámbito provincial y se desarrollaba a partir de los Partidos judiciales). Subdelegado de farmacia y Alcalde acordaban el día para realizar una visita de inspección (a la que acompañaban como testigos médicos y veterinarios), según quedaba prescrito en el artículo 42 de la Ordenanza de Farmacia, y, finalmente, emitían un informe favorable o desfavorable a la apertura del establecimiento farmacéutico. Estos subdelegados podían, además, girar visitas periódicas de inspección.
Pues bien, hemos encontrado abundante documentación sobre la solicitud de aperturas de farmacias en el Archivo Municipal de Hervás: haremos un seguimiento de la primera farmacia "moderna" de Hervás y mencionaremos el resto de las encontradas en el Archivo (con saltos temporales, ya que la documentación encontrada no es totalmente continua).
El 20 de agosto de 1888 D. Juan López Martín Asensio dirige una instancia al Presidente del Ilustre Ayuntamiento de Hervás
"Juan López Martín Asensio, natural y vecino de esta Villa, soltero y mayor de edad, licenciado en la facultad de Farmacia, como acredito por la adjunta cédula de vecindad y demás documentos que relacionaré, ante V. expongo y digo:
Que teniendo preparado un establecimiento laboratorio farmacéutico para dar a la venta y en virtud de lo que previenen las ordenanzas para el ejercicio de la profesión de farmacia, según el real decreto de diez y ocho de Abril de 1860 [...].
Suplico A. V. se digne dar el oportuno aviso a el señor sub-delegado de Farmacia de este partido para que de acuerdo con su respetable autoridad procedan a la visita de inspección prescrita en el artículo 42 de referidas ordenanza para que pueda, previa la autorización, dar a la venta mis efectos de productos químicos y farmacéuticos"
Por la copia del título adjunta sabemos que Juan López contaba con treinta años y que el título farmacéutico lo obtuvo en la Universidad de Madrid en 1881. Como se ha indicado, junto con el título el expediente aporta el croquis de la farmacia que se pretendía instalar:
Fuente: Archivo Municipal de Hervás.
El expediente también contiene la relación, escrita a mano en 10 páginas, de sustancias y medicamentos que contiene la farmacia, así como la relación de aparatos, instrumentos y vasos (2 páginas).
Fuente: Archivo Municipal de Hervás.
El alcalde de Hervás, D. Clímaco Martín, envió con rapidez -día 21 de agosto- el expediente de solicitud a D. Cayetano López, Subdelegado de farmacia del partido judicial, pero éste -quizá por razón de parentesco con el solicitante ya que hay coincidencia de apellidos- estaba incapacitado para realizar la visita de inspección, por lo que se avisó al farmacéutico de Aldeanueva del Camino (D. Pedro Gutiérrez) para que fuera él el técnico encargado de la visita.
La visita, según el acta de la misma, se realizó el día 24 de agosto de 1888; el mencionado farmacéutico de Aldeanueva fue acompañado por los médicos y veterinarios de Hervás y por el alcalde. En este acta se cita por primera vez el lugar en el que se instalaría la farmacia: la calle Relator González, 8; "encontraron en expresado establecimiento que la Farmacia y demás dependencias se hallan en un todo conforme con el croquis unido al expediente; existiendo también las sustancias simples y medicamentos medicinales expresados en este expediente como también los aparatos, instrumentales y vasos".
El dictamen expedido a continuación por la subdelegación de Farmacia indica que "la Farmacia del D. Juan López Martín Asensio se halla en condiciones legales para abrir al público en conformidad con lo dispuesto en el artículo 42 de las Ordenanzas".
Como hemos venido indicando, esta debió ser la primera farmacia "moderna" de nuestra población y se instaló en un local que (con cambio en la numeración de la calle en algún momento del periodo considerado y con algunos periodos de cierre) tuvo continuidad como local para farmacia hasta finales del siglo XX -hasta 1991-.
Aún en el siglo XIX, en concreto en 1893, encontramos un expediente de solicitud de apertura que es, cuando menos, curioso: Dª. Ventura Muñoz López, con 28 años y viuda del licenciado de farmacia D. Cipriano Sánchez Hoyos solicita la apertura de la farmacia que era propiedad de su difunto esposo (así como del mantenimiento del despacho de medicinas de Beneficencia) para ser regentada por el farmacéutico D. Joaquín Rosado Murillo. Se sigue el mismo ritual de entrega de documentación que en el caso anterior y de remisión al Subdelegado de farmacia, pero, en este caso, el Subdelegado contesta con un escrito "no puedo autorizarle legalmente fundándome para ello en que la certificación que acompaña D. Joaquín Rosado Murillo que solicita regentarla ni es título legal ni copia literal del mismo, la que no está tampoco autorizada por el interesado según exige el art. 5º de la Ordenanza de Farmacia". Al no autorizarlo el Subdelegado de farmacia, el alcalde remitió también escrito desautorizando la solicitud de apertura de esta farmacia en la que, en ningún, momento se cita su ubicación.
La farmacia en Hervás el siglo XX
Entrados ya en el siglo XX, el 22 de agosto de 1913 D. Avelino López Martín solicita se verifique la farmacia "que ha tomado en traspaso de D. Cayetano López Sánchez -difunto-". Asegurándose el Secretario del Ayuntamiento de que el título de licenciado presentado por el solicitante es legal y ha sido expedido por el Mº. de Instrucción Pública y Bellas Artes, se pasa solicitud al Subdelegado de farmacia para girar visita de inspección el día 28 del mismo mes a la que asistieron médicos y veterinario de la localidad como testigos. Por el acta de aprobación de la apertura sabemos que esta farmacia estuvo instalada en el Cantón de Centiñera nº 2 y 4. En el acto de visita de inspección "el Sr. farmacéutico solicitante, D. Avelino López Martín, prestó juramento ante el visitador de que no ocultaría medicina alguna que le fuera pedida y de que el establecimiento es de su absoluta propiedad". Con la autorización positiva del Subdelegado de Farmacia hemos de suponer que esta farmacia quedaría abierta, aunque no hemos vuelto a tener noticias de ella.
La siguiente noticia que tenemos sobre el tema se remite a junio de 1924: D. Fidel Mateos Blázquez solicita apertura de farmacia en la Plaza de Abastos nº 10 con toda la documentación requerida (título, croquis, petitorio -listado de medicamentos- que en esta ocasión ya es impreso. "Prestado juramento D. Fidel Mateos Blázquez, farmacéutico solicitante en manos del visitador, de que no ocultará medicina alguna que le sea pedida y de que el establecimiento es de su propiedad, puso de manifiesto los libros, pesas, instrumentos, así como los medicamentos que le fueron pedidos y examinados, todo aparece de buena calidad y conforme por cuya razón opina el que suscribe -el Subdelegado de farmacia- y declara que puede autorizarse la apertura de la farmacia. 5 de julio de 1924".
Del mismo año de 1924, un expediente incompleto informa de la visita a la farmacia de D. Florián González Ávila, en la calle Relator González, 8. Sin duda la farmacia se abrió y, más adelante, encontramos alguna alusión a ella.
Unos años después, en 1929, D. Alejandro Lozano y Hernández-Agüero será quien solicite licencia de apertura "en el mismo local donde estaba instalada la que fue de D. Fidel Mateos Blázquez" -es decir, en la Plaza de Abastos-. Fue autorizada su apertura, siguiendo el ritual habitual, por el Subdelegado de Farmacia.
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Croquis de la farmacia de D. Alejandro Lozano. Archivo municipal.
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En enero de 1935 será D. José Elviro Meseguer que solicita licencia de apertura de farmacia "en el mismo local que fue la de D. Alejandro Lozano" que, por lo que pone en el croquis presentado, es el local de la calle Relator González nº 6 (es decir, o D. Alejandro cambió de local o hay cierta confusión en la localización de los locales citados). En el acta de aprobación de apertura, el Subdelegado de farmacia autoriza, además, que el farmacéutico titular, D. José Elviro, fuese sustituido al frente de la farmacia por D. Emilio Gastesi por tener que cumplir el primero con sus "deberes militares" (deberes militares que, como veremos, tienen otras consecuencias a posteriori).
Croquis de la farmacia de D. José Elviro. Archivo municipal de Hervás.
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En marzo de 1945 se produce una situación curiosa y de cierta complejidad jurídico-legal en todo este asunto de apertura de farmacias en Hervás. Dª. Florencia Rodríguez Rebollo solicita el derecho a dispensar medicamentos de Beneficencia municipal indicando que su farmacia -situada en la calle Asensio Neila, nº 20-, como era requisito entonces, llevaba más de tres años abierta y "es la misma que tenía abierta D. José Elviro Meseguer en el año de 1936 por traspaso de D. A. Lozano y de D. F. Mateos, es decir que lleva más de quince años establecida en la localidad" "Que D. J. Elviro Meseguer cerró la farmacia no por voluntad propia, sino por tener que incorporarse al Ejército con motivo del Movimiento Nacional, donde actualmente continua". Creemos que lo que parecen confusiones en la localización de las farmacias se debe a que lo que se está solicitando en realidad es el derecho de licencia de apertura de farmacia (no estrictamente un local farmacéutico concreto); es decir que Dª. Florencia Rodríguez lo que pretendía era la regularización jurídica de su farmacia y, además, el despacho de medicamentos a familias adscritas a la Beneficencia municipal. Su solicitud fue denegada y, por ello, solicitó nueva apertura de farmacia en la calle Gabriel y Galán, 54. Al final, la farmacéutica consiguió la autorización, pero creemos que consiguió abrirla en la calle Asensio Neila, 20 ya que este local distaba más de los 150 metros que marcaba la normativa de la otra farmacia existente en el municipio, que seguía a nombre de D. Florián González Ávila.
El último expediente de solicitud de apertura de farmacia, con el que vamos a concluir esta entrada, se refiere a la solicitud de reapertura de la farmacia situada en la calle del Relator González (hoy con otra numeración que no se corresponde con la antigua de los números 6 y 8) y que ya resultará conocida por buena parte de los lectores ya que el protagonista de la reapertura es el padre de uno de los propietarios actuales de farmacia de Hervás. Entre los últimos días de 1945 y principios de 1946 D. Santiago González Rodríguez solicita la reapertura de la farmacia que antes fue de D. Florián González Ávila. Como en los casos ya descritos, D. Santiago presentó solicitud, título de farmacéutico, croquis del local y relación de medicamentos simples y compuestos y relación de útiles de laboratorio (y, en este caso, además hubo de adjuntar 30 ptas. de papel de Pagos al Estado, requisito necesario en aquellos momentos). El día 5 de enero de 1946 el Subdelegado de farmacia, tras la visita preceptiva con alcalde, médicos y veterinario, autorizó la apertura de la farmacia. Pero el mismo día llegó un escrito de la Junta Provincial de Sanidad en la que se indicaba que no se podía proceder a la autorización de apertura ya que D. Florián González, el anterior propietario, era Inspector Farmacéutico del municipio y no se podía autorizar el traspaso de la farmacia a D. Santiago González debido a que "no es posible que ostente D. Florián el citado cargo de Inspector Farmacéutico Municipal sin estar al cargo de una oficina de farmacia". Hubo de llegar telegrama de renuncia de D. Florián, desde Redondela donde había trasladado su residencia, de su cargo de Inspector Farmacéutico municipal para que pudiera consolidarse el traspaso de la farmacia y pudiera abrir D. Santiago su farmacia que permaneció en ese local de Relator González hasta 1991, año en que fue trasladada hasta su actual ubicación en la calle Braulio Navas, regentada por su hijo el farmacéutico D. Emilio González.
Hasta aquí la compleja historia farmacéutica de Hervás: la que hemos podido reconstruir a través de los documentos encontrados en el Archivo Municipal de Hervás -con los errores de localización en el callejero y las lagunas temporales que han podido apreciarse en el texto-.
NOTA:
El texto de esta entrada en el blog TRASUNTOS DE HERVÁS no ha sido
nunca publicado. La propiedad intelectual de dicho texto pertenece, por
tanto, al autor del blog (Pedro-Emilio López Calvelo).
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