PRECISIONES EN TORNO A LA EVOLUCIÓN URBANA DE HERVÁS
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La entrada de hoy será, como ya se hizo en otra ocasión, un Autotrasunto. En efecto, hace algún tiempo -en concreto, en junio de 2017- "trasuntamos" aquí el primer artículo que el autor de este blog escribió en la revista de Ferias y Fiestas de Hervás: se trataba de un artículo sobre las características de la población de Hervás y fue publicado en el número de 1984 de dicha revista. En esta ocasión "trasuntaremos" la segunda colaboración que el autor hizo en la RFF de Hervás tan sólo un año después, esto es, en 1985 y, en esta ocasión, dedicado al análisis de la evolución urbana del municipio de Hervás.
Portada de la Revista de Ferias y Fiestas de Hervás, 1985
Cabe indicar, como hicimos entonces, que se trata de un artículo "de juventud", de un geógrafo recién licenciado cuya Memoria de Licenciatura (Tesina) se dedicó a estudiar las transformaciones que estaba experimentando el municipio como consecuencia de su creciente -y antigua- dedicación turística. Sin lugar a dudas, una de esas transformaciones era la urbanística y, por ello, hemos decidido insertar el contenido de dicho artículo en este blog.
Pero antes de transcribir el texto del artículo conviene hacer un par de precisiones que deben ser tenidas en cuenta:
- Alguna de las apreciaciones y fechas históricas que se citan (por ejemplo la fundación del castillo -posterior iglesia- en el siglo IX) han sido superadas y corregidas por la historiografía actualmente aceptada (en 1985 no había apenas estudios históricos sobre el origen de Hervás, sobre la estancia de la comunidad judía,...).
- El artículo se publicó en 1985, por lo que el análisis de la evolución urbana de Hervás que se hace no incluye, lógicamente, zonas urbanizadas entre 1985 y la actualidad: por ello no aparecen citadas zonas urbanizadas posteriormente en el barrio de San Andrés (calles Luz, Sol, Cervantes, Ebanistas, etc.), en la carretera de Baños de Montemayor, en la zona comprendida entre Villa Rosa y el desmonte de la estación de ferrocarril (calle Pinajarro, La Radio, Libertd, etc.), en la zona comprendida entre el campo de fútbol y la carretera hacia Aldeanueva del Camino (calle La Mata, J. Ramón Jiménez, Federico G. Lorca, etc.),...
Una vez hechas estas puntualizaciones, trasuntaremos el artículo indicado:
El origen de la villa de Hervás, prescindiendo de que entrara primitivamente en la zona de ocupación de los vetones y, posteriormente, de los romanos, deriva posiblemente de la existencia de un castillo fundado hacia el siglo IX en lo alto de un pequeño cerro que se eleva junto al río Ambroz, en medio del anfiteatro que forman las montañas circundantes. Alrededor de este castillo se situaría la primera aldea que, tras la Reconquista, quedaría adscrita al Ducado de Béjar hasta principios del siglo XIX.
Las casas empezarían a situarse en torno al primitivo castillo, después convertido en iglesia parroquial de Santa María de Aguas Vivas, por las zonas más accesibles de dicho cerro, esto es, por el sur que es la zona más llana, ya que por el este y, sobre todo, por el norte, la pendiente hacia el río es muy acusada. Las calles van a seguir un trazado radioconcéntrico, siguiendo así un esquema muy repetido en las villas medievales, adaptándose a la topografía del terreno sobre el que se asienta.
Por lo general, las manzanas que formarían estas primeras edificaciones son muy compactas y amazacotadas, sin apenas patios interiores o exteriores en las viviendas, mayoritariamente de dos plantas, que forman bloques continuos por esa carencia de espacios abiertos, con lo que resulta que la estructura urbana adquiere una situación "maciza".
Simultáneamente al desarrollo de esta zona, debió producirse en Hervás el asentamiento de una colonia de judíos -hoy sabemos que fue posterior al origen del municipio-, que se situaron al este del castillo, entre éste y el río Ambroz, zona de acusada pendiente en los tramos más cercanos al castillo y a la aldea. Se originaron así dos barrios: el Barrio Alto y el Barrio Bajo, diferentes, además, por las distintas creencias religiosas de las comunidades que los habitaban: cristianos los del primero y judíos los del segundo.
Este Barrio Judío, declarado monumento Histórico-Artístico en 1969, es un ejemplo característico de arquitectura entramada, tan frecuente en la zona norte de la provincia cacereña. Urbanísticamente sigue la fórmula de las ciudades islámicas, construidas de dentro a fuera, esto es, desde las casas hacia la calle. Las manzanas se forman por la agregación de casas, careciendo por completo de cualquier plan preconcebido, originando, esta disposición aparentemente caprichosa de las casas, el trazado de las viales que siguen, de alguna forma, los huecos que van dejando las casas (cuya aglomeración sólo está condicionada por la morfología del terreno). Es así como prevalecen los espacios privados sobre los colectivos, adquiriendo el conjunto unas características de intimidad muy peculiares. Las calles, así estructuradas, resultan laberínticas y quebradizas, con constantes cambios de dirección y de anchura, con multitud de ramificaciones, callejas de fondo ciego, callejones, etc. Por lo general, son calles estrechas y, a veces, largas, pero con quiebros continuos que evitan perspectivas lejanas.
Fuente: //visitambroz.com. Exposición La Historia Recobrada.
Oficina de Turismo. Hervás
Estimamos que el primitivo espacio abierto que se estableció para la relación de ambas comunidades fue la antiguamente llamada Plaza de Abastos (hoy La Plaza), situada justamente en la entrada del Barrio Judío, en la que tendría lugar la naciente relación mercantil y los primeros intercambios comerciales entre los habitantes de la aldea.
Plano del Barrio Judío de Hervás
Fotografía antigua: Barrio Judío
Durante varios siglos el crecimiento del núcleo urbano de Hervás debió ser muy lento, a lo que contribuyó, sin duda, la expulsión de los judíos, ocurrida en 1492, que originaría que quedasen deshabitadas numerosas viviendas que, posteriormente, según crecía la población, serían de nuevo ocupadas. Da idea de esta lentitud de crecimiento el que Pascual Madoz diga, a mediados del siglo XIX, que "de 200 años acá es nueva la tercera parte de la población", lo que supone una evolución muy ralentizada.
A pesar de todo, algunas manzanas fueron agregándose, en el barrio alto, a las primitivas que rodeaban a la iglesia. Esta extensión llevaría consigo la aparición de nuevos espacios abiertos y es así como nacería la plaza de la Constitución o de la Corredera, porticada en parte, y de gran importancia para el posterior trazado de viales en el núcleo. La calle que pone en relación esta plaza con la antes mencionada de Abastos, la llamada antiguamente Calle Larga (hoy del Relator González), que se constituyó en seguida, junto con la citada plaza de la Corredera, en el núcleo comercial por excelencia del municipio.
Fotografías antiguas: La Plaza y La Corredera
De 1654 data la escritura de fundación de un convento de Trinitarios (que es hoy iglesia parroquial de San Juan Bautista), que se construyó al sureste del núcleo primitivo. El levantamiento de esta edificación religiosa influyó en una extensión del caserío hacia ella, en torno a dos viales: por un lado, por la calle del Convento que, partiendo desde la plaza de Abastos, llega hasta el amplio atrio que se extiende delante del Convento (plaza de Calvo Sotelo); y por el otro, a través de las calles Centiñera y Pizarro, que ponen en comunicación dicho atrio con la Plaza de la Corredera. Por otra parte, al este del Convento se consolidó una pequeña plaza en torno a lo que fue Hospital de San Esteban, dependencia anexa al establecimiento religioso, que recibe el nombre de Plaza del Convento.
Otro hecho que va a influir en el establecimiento de calles en Hervás es la construcción de un edificio para enfermería de palúdicos, dependiente del convento del San Francisco de la Biemparada de Abadía, delante del cual quedó un espacio abierto (hoy plaza de González Fiori), y que rápidamente se comunicó con la Plaza de la Corredera a través de la calle actualmente llamada de Asensio Neila.
La posterior expansión del núcleo se va a realizar buscando las diferentes vías de comunicación que parten del municipio y teniendo como eje central la Plaza de la Corredera. Es así como empieza a consolidarse el caserío, por una parte, en los tramos próximos al casco de los dos caminos que comunican Hervás con la carretera general Salamanca-Cáceres: hacia el sureste por la actual calle de Braulio Navas, donde quedarían afianzadas, antes de acabar el siglo XIX, sus primeras viviendas, lo mismo que hacia el noreste por la calle Gabriel y Galán, en la que se consolidaría en esa misma época la edificación de su acera derecha (según se sale del municipio) como prolongación de la citada plaza de González Fiori.
Fotografías antiguas: Calle Braulio Navas y Calle Gabriel y Galán
Por otra parte, y una vez inaugurado el trozo de vía férrea que unía Empalme con Hervás en 1893, y posteriormente, en 1895, el que unía Hervás con Astorga, se van a edificar las primeras casas de la calle de La Estación, que parte también de las proximidades de la Plaza de la Corredera.
En los primeros cincuenta años del siglo actual (recuérdese que el artículo se publicó en 1985) el plano de Hervás varió poco. Se continuaron edificando tramos de las calles mencionadas de Gabriel y Galán, Braulio Navas y Estación. Además, se realizaron algunas construcciones en el Barrio de San Andrés (Peña de los Lagartos), edificándose viviendas de un solo piso y con pequeños huertos traseros.
Quizá más importante que los edificios construidos, que como decimos debieron ser escasos (recordemos que estamos en plena crisis de las industrias textiles y en un periodo de recesión demográfica en el municipio), serían las obras realizadas en cuanto a la pavimentación de calles, instalación del servicio de abastecimiento de agua en todo el núcleo, del servicio de alcantarillado y del servicio de alumbrado eléctrico (que empezó a funcionar en los últimos años del siglo anterior).
A partir de 1950 y, sobre todo, de 1960, la evolución urbana de Hervás adquiere un nuevo ritmo, coincidiendo con el desarrollo de una cierta vocación turística del municipio. El crecimiento se va a producir, en principio, como continuación de las calles ya existentes y antes referidas, después con la creación de nuevas calles y zonas que se irán extendiendo poco a poco.
En 1956 se acuerda el contrato inicial para la formación del Plan de Urbanización Municipal; se proyecta, con carácter urgente, una urbanización parcial para la construcción de viviendas especiales con destino a veraneo. Este proyecto tiene su expresión práctica en la aprobación del Plan de Urbanización Parcial del sector de la Ermita de San Antón, cuyo objeto principal era el de conseguir una colonia estable de veraneantes a través de la construcción de viviendas o chalets de tipo veraniego. Por imperativos técnicos la consolidación de gran parte de estas edificaciones se demoró hasta la década de los 70.
Fotografía antigua: Urbanización de San Antón años 60
Aparte de esta zona, de nueva edificación en estos años, las edificaciones van a seguir, principalmente, las calles de Gabriel y Galán, Braulio Navas, Estación, junto con las de Pérez Comendador, Juan de la Plaza, Avda. Piñuela, Avda. de España, Avda. de la Reconquista,...
Delimitación del casco urbano: Ley de Reforma Tributaria, 1964
Este cambio en el ritmo de la edificación en Hervás va acompañado con la aparición de nuevas tipologías constructivas. Cabe destacar la aparición, especialmente en estas calles citadas anteriormente, de un nuevo tipo de edificios como son los bloques de pisos, dispuestos en forma dispersa por todo el núcleo, excepto, lógicamente, en el casco antiguo, que sólo será objeto de reformas más o menos afortunadas. Esta proliferación de bloques de pisos son la fórmula más marcada de transformación del hábitat tradicional y de ruptura de los cascos antiguos, y en su éxito como solución constructiva, entre otras razones, cabe señalar unas condiciones económicas ventajosas para los dictados de la moda y el empeño de dar a los pueblos el aspecto de pequeñas ciudades.
Además de la aparición de estos bloques, en los últimos años se han seguido construyendo viviendas unifamiliares, tipo chalets, por todo el núcleo, invadiendo, en algunos casos, antiguas zonas de huertas, con lo que la delimitación del casco tiende a hacerse cada vez más difusa.
La tendencia de las construcciones realizadas en las últimas décadas a excepción del caso del barrio de San Antón, en el que la concentración es acusada, es de una cierta dispersión en las diferentes zonas nuevas de ensanche, contrastando fuertemente con la estructura compacta del casco antiguo.
Plano que acompañaba el artículo de la RFF de 1985
Como anotación final, hay que señalar que se echa en falta la realización de un Plan General de Ordenación Urbana o, al menos, de unas Normas Subsidiarias de Urbanismo que tiendan a la protección eficaz del patrimonio arquitectónico, a la zonificación y delimitación clara de suelos urbano y urbanizable, y a la ordenación y regulación seria de las nuevas edificaciones y del trazado de las viales.
Delimitación del casco urbano: Catastro de urbana, 1980
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