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Después de varias entradas con aportaciones personales, en esta entrada "trasuntaremos" un artículo aparecido en la Revista de Ferias y Fiestas de Hervás de 1949, uno de los primeros ejemplares de la revista que, como es conocido, empezó a publicarse en 1947.
Se trata de un artículo dedicado a las Ferias de Hervás, a su origen en el siglo XIX, y que no tiene firma, por lo tanto, desconocemos el autor de esta curiosa publicación en la que se habla también de la modernización de la población en esos años finales del siglo XIX (ilustraremos la entrada con imágenes de la Revista de Ferias y Fiestas de 1949).
En el año 1871, seguía ejerciendo sus funciones, la Junta revolucionaria local, que en Hervás se constituyó antes del 29 de septiembre de 1868. Era presidida por don Pedro López, catedrático de Derecho de la Universida de Salamanca; los ganaderos y fabricantes reprodujeron instancia, que hacía años se había elevado al Gobierno de Madrid y que no había resuelto, pidiendo autorización para celebrar las ferias.
La Junta concedió el permiso y el 3 de septiembre se inauguró la feria de ganados. Se situó el rodeo en la parte alta del Robledo. El Concejo, con gran número de vecinos, acudió a la ceremonia de apertura. La entrada de ganado, vacuno en su mayoría, fue grande. Los compradores de Candelario y Carrancleños, hicieron muchas compras. En las proximidades, se establecieron puestos de bebidas y comidas: vino, ponche, leche helada por la tarde y cenas, cuyo plato predilecto eran pollos con tomate. Los puestos eran chozos cubiertos con escobas; pasados unos años se cubrían con lienzos blancos.
FESTEJOS
Tamboril a todas horas, bailes en el Casino, y más tarde cucañas y fuegos artificiales. Años más tarde y ya construida la primera carretera, se trasladaron las casetas y puestos de baratijas, sandías, peces y otros comestibles al Robledo bajo.
INFLUENCIA ECONÓMICA
Mayor conocimiento de los productos de Hervás y de los artículos que fabricaba y por tanto mayor venta. También con el feriante mayor entrada de numerario y beneficios para vendedores.
INFLUENCIA SOCIAL
Fue más marcada. La mujer, en general, retraida de la sociedad por su ascendencia musulmana, se acostumbró a salir de casa por la curiosidad o por acompañar a sus huéspedes; el forastero era acogido en las casas de los conocidos, donde siempre había camas y mesa abundantes; se les llevaba al Círculo, al paseo, al teatro de aficionados; esto obligó al cuidado de la indumentaria: la mujer del pueblo, por lo general, descalza, se calzó, y el vestido también sufrió transformación. El hombre abandonó la faja, alargó su chaqueta y cambió el borceguí por las botas, aún tardó mucho tiempo en aparecer el zapato.
La urbanización también evolucionó, el alumbrado que se alimentaba de aceite, pasó a hacerlo con petróleo, se enrollan calles, se coloca un reloj en la parte más visible de la torre, se encalan las aguas con tubería de hierro, se construye en el año 83 la carretera de enlace a la general y se consigue el telégrafo. Estas últimas mejoras alcanzadas por el benemérito diputado González Fiori, se grata memoria, y por el 94, se abre al tráfico el ferrocarril de Plasencia a Astorga.
Se instala el alumbrado eléctrico, primero por un particular, después por una empresa de industriales de la localidad. Y con esto llegamos al final del siglo, que si Dios es servido de conservar nuestra vida continuaremos el próximo año.
FIESTAS POPULARES DE SEPTIEMBRE
Tan antiguo como los pueblos son las fiestas de toros en toda España, y más en aquellos en que este ganado se cría.
En actas del Concejo de Hervás, siglo XVI, se disponía que los ganaderos llevaran sus vacas a la plaza para capearlas, esto se hacía en el sitio conocido por Corredera, en la cual aún existe el toril donde tenía lugar el encierro. Más tarde, a principios del siglo pasado -siglo XIX-, se construyó en el Castañar y frente a la Ermita de San Andrés, una plaza donde se lidiaban las vacas y se picaba un toro, el cual era sacrificado con la pantilla -debe ser puntilla-. En esta plaza o corraleda vimos durante muchos años las capeas y un toro de muerte; más tarde una cuadrilla de aficionados, cuyos apodos aún se recuerdan: "Miaja", "Cachena", "Chocolate" y "Medialibra", hacían las delicias del público. No tardaron en aparecer los primeros maletillas que hacían su aprendizaje a fuerza de tumbos y cornadas, alguna veces trágicas.
Hacia el año 1929, un grupo de industriales concibió la idea, y la llevaron a cabo, de construir la plaza hoy existente, y, como a mi juicio merecen la recompensa del recuerdo, consignamos sus nombres: Felicísimo Martínez, Buenaventura Peña, fallecido, Vicente Castellano y Anastasio Martín, que viven y que sea por muchos años. Sin su idea y la colaboración del Municipio no tendríamos una Plaza de Toros, que, por cierto, convienen terminar. ¿Cómo?. Por el Municipio o en la misma forma en que se empezó, cediendo la explotación pro determinado número de años.
La plaza de toros de Hervás en construcción
En la historia del toreo contamos con un paisano por los años de 1875 al 84: actuó en la Plaza de Madrid un torero que nación en Hervás, de donde eran sus padres, cuyo nombre fue don Antonio Gil "El Señorito; le dio la alternativa Frascuelo y ejecutaba la suerte suprema recibiendo; el año 84, y ya viejo, se dió un beneficio en su favor y le concedierono una credencial de subalterno en un ministerio.
En la época actual, tres jóvenes hermanos Armando, Victoriano e Isaac Martín, son toreros que están actuando en América, los dos primeros".
Revista de Ferias y Fiestas, 1949
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NOTA: El texto de esta entrada
en el blog TRASUNTOS DE HERVÁS no ha sido nunca publicado. La propiedad
intelectual de dicho texto pertenece, por tanto, al autor del blog
(Pedro-Emilio López Calvelo).
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