TRASUNTO

(Del lat. transumptus, part. pas. de transumĕre, tomar de otro).

1. m. Copia escrita de un original.

2. m. Imitación exacta, imagen o representación de algo.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados.


Este blog nace con vocación histórica.

En él pretendemos plasmar artículos de contenido histórico que han ido apareciendo en la Revista de Ferias y Fiestas de Hervás a lo largo de los años a los que añadiremos algunas aportaciones personales del autor del blog.

El título del blog Trasuntos de Hervás está copiado, precisamente, del título de un artículo histórico aparecido en la Revista de Ferias y Fiestas de Hervás de 1962.

Somos conscientes que una parte importante del contenido de algunos de estos artículos antigüos ha podido ser superado por estudios historiográficos más modernos que han actualizado los conocimientos sobre la historia de Hervás, aún así nos parece importante rescatarlos del olvido y hacerlos accesibles a un público interesado.

martes, 3 de enero de 2017

LOS CEREZOS EN FLOR

LOS CEREZOS EN FLOR - LEYENDA

Copyright © 2017 Pedro Emilio López Calvelo

En la primera entrada de 2017, el blog TRASUNTOS DE HERVÁS se transforma en Trasuntos Literarios de Hervás.

Releyendo diversos números de la Revista de Ferias y Fiestas de Hervás hemos encontrado una leyenda vinculada con nuestra zona, pero poco conocida. No se trata de una leyenda antigua que recrea hechos históricos (tipo La casa del Miedo, Maruxa,...), si no que, pensamos, es una adaptación de una leyenda japonesa a nuestra población de Hervás. Aparece en la Revista de Ferias y Fiestas de Hervás de 1978 y la escribió el médico D. José Vivas Zurzo que había llegado destinado a nuestro pueblo hacía pocos años.



Sin más preámbulos, trasuntamos la leyenda Los cerezos en flor tal como aparece en la mencionada Revista de Ferias y Fiestas de Hervás de 1978 -imitando la maquetación de la revista, añadiremos imágenes y anuncios aparecidos en la misma-:


La villa de Hervás y su entorno geofísico se conjugan en una maravilla de paisaje y poblamiento y es, por ello -pueblo y sierra al fondo- una estampa alpina en la propia Extremadura. Rodeada, en unos 180 grados de altas sierras cuyas laderas cubiertas de extensos y frondosos bosques de castaños y de pinos, de robles y quejigos y coronadas -en invierno y primavera de un blanco cendal de puras nieves, es fuente inagotable de cristalinas aguas que cantan, incansables, en infinitos y angostos arroyuelos que bajan, como espejos transparentes, hacia el anchuroso valle y saltan, de vez en cuando, por cascadas de sin igual belleza -explosión de cristal contra la roca- como una sinfonía inacabada e inacabable del sonido del agua, irisada de luz y de color, contra la dura y verdinegra peña.


Blanco y rojizo caserío, verde campo y blanca sierra; cañamazo de colores que se tejen y entremezclan tapizando el ancho valle de los ríos Gallego, Ambroz y Santihervás. Idílica casa de labor y huerta de frutal; paredes blancas, jardín de flores, verdes prados y arboleda y negras peñas donde brota el manantial -negra, verde y blanca, Hervás: jardín de Extremadura- de flores y de frutas: la vid, el olivo y la higuera -frutales bíblicos- nogales y almendros, manzanos y ciruelos, perales y cerezos...Cerezos, el árbol prodigioso del Japón lejano que, como un milagro de cada primavera, se cubre de blancas flores cual nevada que cubre el valle como un reflejo de las nevadas cumbres.

 Cuenta una bella leyenda del lejano País del Sol Naciente, allí donde el cerezo, mimado y cultivado con amor por habilidosas manos, florece en ubérrimos y paradisíacos valles que bajan del son imponente y sagrado FUJIYAMA, que la flor del cerezo es blanca porque blancas son las nieves de su cumbre cuando la flor nació en la primavera. Dio el cerezo su flor primera, rosada y femenina, hermosa y delicada y, al punto, quedó prendada de blancura varonil del alto FUJI; asimismo, enamorado quedó de tanta maravilla el ardiente y sagrado volcán YAMA, que dio a la flor su blancura reflejada. Los dos enamorados -nevada cima y cerezo en flor- juraron guardar, como prenda fiel, su albura eternamente: el cerezo quedose en flor perenne y el volcán con nieve permanente. Y así, los habitantes de aquel jardín maravilloso no pudieron admirar el sabroso fruto que la flor lleva en su seno.


Y cuenta la leyenda, también, que los habitantes de aquel valle, para los que la fertilidad es un don divino, estaban apenados por la esterilidad de tan bella flor. Reunidos en consejo y tras discutida liberación pensaron que quizá en otro valle -también hermoso y bello, digno de tan hermosa flor- se rompiese el hechizo de tan amoroso encantamiento y que la fértil savia de la tierra elegida pudiese fecundarla y alcanzar así tan esperado fruto. 

Tocó en suerte que dos parejas de garzas reales, llevando en sus picos sendos ramos de cerezo enamorado y siguiendo la dirección del Sol Poniente, tuviesen la fortuna de encontrar una tierra igual de bella y deleitosa y plantar allí sus ramos con sus flores y sus hojas. Volaron y volaron sin descanso, y no encontraban lugar tan fértil y adecuado; pero un día, a plena luz del sol, pasaron sobre la nevada cumbre del alto Calvitero -recuerdo de su montaña enamorada- de cuyo blanco manto nacen, en sus pliegues, varios y feraces valles con verdes y fecundos prados y flores delicadas. Bajó una garza hacia el sol poniente y allí plantó con amor y cuidado, en la más pura tierra de aquel valle, su enamorado y florido ramo.


Pasó el tiempo y aquella florida rama, árbol ya potente y fuerte, se vio henchida por la fecundidad y sangre de estas tierras y cuajó en infinitos ramilletes de redondos frutos rojos de sabrosa y delicada carne y fina y tersa piel.

Termina la leyenda cuando cinco garzas -nietas de aquellas que vinieron- volaron hacia el Sol Naciente portando en sus picos cinco ramos verdes con cinco ramilletes de perlas rojas. Y fue así como los habitantes del hermoso valle junto al FUJI-YAMA conocieron el fruto de aquella flor eternamente enamorada.

Y, ya para siempre, el milagro se repite cada primavera. Y así es: igual que un reflejo de la albura de las cumbres, es la albura que se extiende por sotos y laderas cual si fuese nevada prodigiosa y cada flor -fugaz como todo momento sublime y bello- fuese un copo de nieve posado suavemente sobre las ramas de los cerezos en flor.

                                   José Vivas Zurzo 
 

Completando la "sesión literaria" de esta entrada, trasuntaremos también una poesía acróstica aparecida en el mismo ejemplar de la Revista de Ferias y Fiestas de 1978 escrita por el malogrado presbítero de Hervás José María Martín García, poema que lleva por título: Hervás Hermoso.


     Hostal de bellos colores
     Entre castaños y pinos, 
     Rodeado de sabores;
     Venerado por tres aguas:
     Ambroz que saltas y corres,
     Santihervás que remansas.

     Jalonas, Gallego, olores,
     A un costado de las tierras
     Rezuman valor tus montes.
     De una parte el Pinajarro
     Inflamado por mil soles.
     Noches cálidas de luna,

     Días de grandes rumores,
     En mis paisanos de hoy,

     En tus judíos de entonces.
     Xenofilia tu alma toda.
     Tienes montes de cantores,
     Remansos de claridades
     Entre castaños y robles.
     Meses de aguas y nieves
     Anteceden a tus flores,
     Después verano caliente
     Unido al otoño corre.
     Rompe a cantar y reir, 
     Alado Hervás de colores.        


No hay comentarios:

Publicar un comentario