HERVÁS VISTO POR VICTOR CHAMORRO, 1981.
"asperísima y notable por su elevación, muy superior a las demás que la rodean por su desnudez desde los dos tercios de su altura, por la nieve que en ella subsiste todo el año y, más principalmente, porque de sus manantiales tiene origen el río Ambroz. Sus nieves son una mina abundante que facilita grandes intereses a la población, por el mucho consumo que de ella se hace para la mayor parte de Extremadura".
El progreso acabó con aquellos sacrificados neveros que partían de noche hasta la sierra y regresaban a mediodía con sus acémilas cargadas de nieve para los ponches de las tardes de verano.
También durante un par de meses el verde diluirá en amarillas de hierba agostada: manchones impresionistas de Manet, amarillos rojizos de Van Gogh, cobre de chopos, cerezos y viñedos en otoño, y un aire dorado, evocador, al que le iría perfectamente, un fondo musical de polonesa.
Tres kilómetros de sinuosa carretera separan al pueblo de la general 630. Te sorprenderá un alcázar moderno que preside las peligrosas curvas serpenteantes entre prados y zurcidos huertos. No te arredres y entra, que es hotel confortable y de ajustado precio. Desde sus habitaciones y terrazas puedes contemplar un paisaje de viejas montañas redondeadas por cuyas faldas trepan millares de castaños tupidos. Pero más de un viajero no alertado -y sin suerte a la hora de tomar habitación- puede encontrarse con la sorpresa de un espléndido amanecer con piar de pájaros en la ventana; y, al asomarse, la visión de un cementerio recoleto, soleado, capaz de inspirar cierta intimidad si el sorprendido no es excesivamente susceptible a las cuestiones de ultratumba. Desayuna tranquilo los churros del lugar -o la excelente bollería- y visita el cementerio. No pienses que voy a ensombrecerte el viaje con ningún tipo de moralina manriqueniana. Pero merece la pena traspasar la cancela para encontrarse, a mano derecha, una diminuta obra maestra alumbrada por las faraónicas manos de un cantero que, durante años, a ratos perdidos, labró en granito su inmortalidad. Se trata de un mausoleo familiar en el que la espantable calavera convive con bajo-relieves de conquistadores, medallones, estatua de mujer arrodillada, hornacinas, y todo un puzzle de símbolos e inscripciones en latín macarrónico que se refieren a ultratumba y a la Cruzada. Pastiche entre románico y surrealista nacido de la evocación de muerte de un hombre que tuvo la desgracia de no estar enterrado en el mausoleo que trabajó tan concienzudamente. El conjunto desprende sabor a obra de cantero primitivo, expresivísimo, de labra tosca pero dramática. Los recuadros con los niños de primera comunión parecen haber sido extraídos de una pesadilla.
talaverano con el rostro del Caudillo, que cita Víctor Chamorro)
La Cruz de los Caídos -frente al hotel- es una prueba más del trabajo que le cuesta a esta comunidad marchar al compás de las solemnidades patrióticas. Las letras de bronce han ido cayendo y dificultan una lectura con saltos y lagunas adivinadas. Manos anónimas han retorcido flechas y yugo -también de bronce- creando un auténtico Chillida.
Y es que has llegado a Hervás, extraño mestizaje de tradición y modernidad, pueblo liberal que junto a una discoteca con rayos láser conserva un casino de señores; o un cine que proyecta las películas más progres, junto a otro que proyecta ciclos de cine S; patronos socialistas que tienen obreros militando en UCD; universitarios que pagaron una matrícula junto a albañiles pintores y jornaleros que escriben sencillos poemas a lo Berceo; pasotas y roqueros: Macondo ácrata y extraño en el que un carnicero se anuncia con un bisonte que muge no tener miedo a ser sacrificado pues Tinín sólo vende la mejor ternera que anuncia en una pizarra, en la que puede leerse: filetes que curan el complejo de Edipo.
Si tienes apetito y deseas unos excelentes pimientos rellenos con carne, o lengua estofada, o callos picantes, pregunta por El Refugio en donde con un poco de suerte puedes encontrarte el rostro rabino de Pablo Castellano que cuando visita Hervás toma sus copas en lo que se llama La Sede. O a otro ilustre socialista, Gaspar Zarrías, que desde Jaén se pierde con frecuencia por estos bares.
Has llegado al paraíso del chateo en el que es parada obligada el Mesón de la Vaca Brava, con dos enormes lumbres de suelo -de excelente tiro- buen cobijo para el frío del invierno. Larguísimas mesas de castaño macizo -mesas de Santa Cena- y taburetes rústicos se comparten democráticamente para consumir el vino del lugar con el chorizo, la jeta, las chuletas, el lomo de cerdo, o las sardinas: todo a la brasa.
Pero estamos en Hervás, judíos los más, y esta conseja quiere decir algo en una tierra en la que judíos, moros y cristianos interpretaron papeles encontrados. Dicen que este barrio es uno de los mejor conservados de España. ¡Pues cómo estarán los otros!. Pero aún mantiene rincones intactos que deberás buscar perdiéndote por calles angostas, de rollos, y algunas tan estrechas que los gordos deberán abstenerse. No es cuestión de exagerar lo que puede verificarse: busca la calle más estrecha del mundo, y tú mismo lo comprobarás.
Casas de adobe y ahumadas maderas de los entramados de castaño. Conjunto Histórico-Artístico salpicado de algún chalecito que no hermana, precisamente, con el levítico ambiente, ni con el secular adobe hoy blanqueado a grandes lienzos, o recubierto de uralita. Automóviles recorriendo, asmáticamente, el laberinto de calles pensadas para vivir, para trasiego de personas y animales de trabajo, para el descanso de ancianos en las sillas de paja y madera, para el juego de los niños. Coches agrediendo la zona monumental como una bofetada de progreso incivil que aún, nadie, ha tenido la imaginación de prohibir. Calles y plazas de exóticos nombres: Rabilero, Sinagoga. Dicen que aquí vivieron hombres tan prepotentes como los Cohen, los Aben Haxiz, los Bellida de la Rica, acostumbrados a prestar dinero a los reyes. Llegarás a pensar si tales prepotentes serían masoquistas, acaso ascetas, porque podrían haber vivido en casas más confortables. ¿Acaso no sería más coherente que los judíos -conversos- hubiesen habitado las espaciosas casas de la parte cristiana y este barrio hubiera sido un ghetto morisco? Lo cierto es que en Hervás siguen siendo nombres corrientes Zabulón, Neftalí, Rubén, Sara, Judith, etc.
Adagios, leyendas, tradiciones, hablan de una colonia que marchó de aquí con las expulsiones. El famoso rapsoda Emilio González de Hervás ha escrito un romance de cómo judíos y cristianos se hermanaron para constituir una sola comunidad, antes separada por el odio de religiones irreconciliables. Narra Emilio que cada comunidad vivía en un territorio respetado para evitar fricciones. Pero hete aquí que un mancebo aguerrido y cristiano se enamora de la bella hija del Rabí. Amparados en las tinieblas tienen sus citas junto a una fuente llamada Chiquita. Espías del Rabí le comunican que su hija cuenta secretos de raza a un cristiano. Los jóvenes son apuñalados. El cura baja al barrio judío, increpa a los asesinos, les llama deicidas, entona el Dies irae, dies illae y ante el verbo arrebatado de aquel Castelar del púlpito, los judíos, acongojados, se convierten en masa.
Indaga a las mujeres más ancianas del barrio y alguna te dirá que los rabinos tenían rabo. Piérdete en la noche por este laberinto de callejuelas aromadas por racimos de geranios y percibirás rememoranzas morunas si tienes la suerte de que la luna teja sombras y penumbras propicias para que la imaginación vuele al medievo. [...]
(Continuará en breve)
Como siempre Emilio, me haces despertar de un letargo desconocido y muy bien relatado, gracias.
ResponderEliminarGracias Tomás. Saludos.
EliminarPedro Emilio Lopez Me ha. encantado leer todo lo que relatas, me has removido toda la memoria y regresar a tiempos pasados. miles de gracias, por toda tu dedicación y hacernos llegar todas estas historias sobre Hervás. Un abrazo.
EliminarMe pide Víctor Chamorro que te agradezca en su nombre (ágrafo en cuestiones de Internet) el trabajo realizado. Muchas gracias Pedro.
ResponderEliminarGracias, Jonás: dale un abrazo de mi parte a Víctor.
EliminarEn los próximos días haré una segunda entrada con la otra parte del texto (me parecía muy largo para una sola entrada)
Saludos